Buenas, después de haber leído este titular muchos de vosotros pensaréis que esto es un tópico, que los chavales de 14, 15, 16 años que destacan en su categoría y son pretendidos por representantes, importantes marcas deportivas, los mejores clubes de su país e incluso del extranjero acaban siempre en el fútbol de élite y cobrando contratos multimillonarios. Bueno, escribo esto para intentar que la gente se de cuenta del mal que le hacen a la mayoría de esos chavales, algunos todavía niños.
A la edad de 6-7 años una gran parte de los niños en España empiezan a jugar en el equipo de su pueblo, de su barrio o del lugar más cercano a su casa. Todos estos pequeños futbolistas sueñan con llegar a Primera División, jugar en un grande o ser campeón del mundo. A estas edades los pequeños disfrutan muchísimo yendo a entrenar y los sábados por la mañana acuden a sus partidos con muchísimas ganas de jugar al fútbol. El problema empieza cuando unos empiezan a destacar y otros comienzan a ser calificados como "los malos". Los primeros son los que marcan los goles y los segundos empiezan a idolatrar a esos chavales.
Una vez llegado a los 10 años, los equipos 'grandes' de esas ciudades comienzan a reforzar a sus canteras eligiendo uno por uno a los mejores jugadores de la zona. Desde ese momento esos niños empiezan a crear grandes expectativas para sus familias, pensando en que llegarán a la élite en unos años y que el fútbol les dará de comer para siempre. Y eso es un gravísimo error puesto que al poco tiempo algunas de esas 'estrellitas' dejan de destacar y los equipos a los que hacía sólo un par de años habían llegado como jugadorazos, ahora tenían que irse y volver a ser uno más. Mientras que otros de sus compañeros juegan en las selecciones comarcales sub-8, sub-10 o sub-12, esas selecciones que no sirven para nada más que estropear jugadores creando nubes en las cabezas de los niños y sobretodo de muchísimos padres.
Una vez llegado a los 14 años comienzan a llegar los más que famosos 'mánagers' o 'representantes' de jugadores, que supuestamente ayudarán al jugador a fichar por mejores equipos. Y claro, después de las historias contadas por estos hombres a los progenitores, estos aceptan sin dudarlo un instante y sin pensar los grandes problemas que esto conlleva más adelante. Los representantes a estas edades sólo están para el caso de que los chavales lleguen a la élite, en el momento que el niño deje de destacar tanto o jugar menos tiempo los representantes se van, creando en el chaval un gran quebradero de cabeza ya que tiende a infravalorarse mucho, puesto que piensa que ya no sirve para nada en el mundo del fútbol (gran problema) y se da cuenta del tiempo perdido para otras cosas (amigos, familia, estudios...).
Los chicos con mejor suerte consiguen seguir con 16 años en esos grandes equipos, jugando contra los mejores equipos de su Comunidad Autónoma en la División de Honor que le corresponda, contra otros grandes del país en algunos torneos e incluso saliendo al extranjero para jugar contra niños de su misma edad de otros lugares del mundo. Las federaciones nacionales comienzan a crear la base de su selección absoluta sobre esta edad y unos 20 chavales acuden a la Ciudad Deportiva de Las Rozas como si de superestrellas se tratara, con viajes, estancia y comidas pagadas. esto puede beneficiar a algunos ya que tienen la suerte de entrenar con los mejores chicos de su edad y con la ayuda de entrenadores con una gran formación y extensas ideas sobre este deporte, pero por supuesto, no todo es bueno en estas convocatorias. Los padres que cuando sus hijos fueron fichados por el equipo de su ciudad ya estaban como locos y pensando en el dinero que ésto lo iba a proporcionar, ahora ya están tirando cohetes como locos y frotándose las manos. Esto también hace que en los partidos de los niños cuando a su hijo le dan una patada o no le salen las cosas como ellos esperan, se ponen nerviosos e insultan a padres e incluso a chavales del otro equipo, con expresiones como "ya te gustaría ser como mi hijo" o "pídele una foto", cosas absolutamente ridículas y vergonzosas, que muchas veces hacen sentir muy mal a su propio hijo.
Ahora que sus hijos ya son internacionales o juegan en las selecciones regionales y empiezan a llegar ofertas de algún equipo, a los padres y representantes de turno se les va la cabeza y buscan únicamente el dinero sin pensar en la vida de sus hijos. Esto hace que los chicos se vayan a equipos peores pero con más dinero, donde aprenden menos y normalmente cuentan con menos oportunidades, haciendo que los chicos opten por dejar el fútbol o jugando en categorías muy por debajo de lo que realmente podían haber llegado, y esto es una pena. Aparte del fútbol, cuando estas cosas ocurren, el chico (ya hombre) no ha completado una educación correcta y conlleva a que tengan que trabajar en empleos que de haber llevado una vida ordenada podrían haber sido mucho mejores para ellos.
Después de todo esto cabe decir que también hay muchísimos padres y chavales que saben gestionar estas situaciones y hacen que sus hijos consigan completar sus objetivos deportivos y académicos, lo cual nos alegra mucho.
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