Los jugadores se despiden de la afición en el medio del campo |
El partido comenzó a las 16.00 horas, había un Sol radiante y una viento de justicia. Al campo, El Alcoraz, acudieron alrededor de 4500 personas.
Jose Ramón Sandoval, entrenador del Sporting de Gijón, alineó a los siguientes jugadores: Cuéllar; Lora, Bernardo, Borja López, Alex Menéndez; Mandi, Casquero; Carmona, Trejo, Juan Muñiz; y Guerrero.
Jorge D'Alessandro elijió esta alineación para disputar el partido: Zabal; Diogo, Helguera, Echaide, Camacho; David López, Lázaro; Pacheco, Miguel García; Novo y Tariq.
La primera parte fue para el Huesca. Ayudados por el viento, los oscenses llegaban rápidamente al área sportinguista, pero sin acierto, ya que los jugadores azulgranas no acertaban a la hora de meter el balón entre los tres palos. El Spoting, por su parte, contrarrestaba las acciones ofensivas del Huesca con rápidos contragolpes que llenaban de miedo y de preocupación las gradas del Alcoraz. Y en uno de estos ataques, Trejo se planta delante del portero azulgrana, Zabal, y manda el balón al poste y Juan Muñiz, anticipándose a la defensa oscense, va al rechace y marca el 0-1 en el minuto 22.
El equipo se quedó de piedra. Todo el trabajo que el equipo estaba haciendo quedó por un momento en nada, los 21 minutos previos que habían sido de dominio para el cuadro local no habían dado sus frutos y la afición que estaba volcada con su equipo se enmudeció. El fantasma de la Segunda División B llamaba a la puerta del Huesca, que con ese resultado estaba practicamente sentenciado. Pero todas estas sensaciones, todos estos pensamientos, duraron 1 minuto, el tiempo que le costó al Huesca recoger el balón de su propia porteria para volver a colocarlo en el medio del campo y sacar de nuevo para intentar conseguir el objetivo del gol.
El Huesca siguió creando combinaciones y buscando internadas al área asturiana. El equipo de Gijón cortaba de raíz esas triangulaciones y esos intentos de acercamiento a su portería con faltas al borde del área y en los laterales. El Huesca empleó entonces sus conocimientos en las jugadas de estrategia para crear peligro dentro de la zaga de Gijón, hasta que en un balón que despejó a córner el equipo asturiano, Dani Pacheco coje el balón, y lanza el córner directamente a puerta, marcando un gol "olímpico". Era el minuto 45, un gol psicológico que llenaba de optimismo tanto a la grada como a los jugadores.
La primera parte duró hasta que el Huesca acabó la celebración del tanto de Pacheco, ya que en cuanto el Sporting sacó desde el medio del campo, el árbitro hizo sonar su silbato.
Durante el descanso, calentaron todos los reservas de ambos equipos con una intensidad media, ya que ninguno de los entrenadores iba a realizar ningún cambio para empezar la segunda mitad.
Salieron al campo los dos equipos y se repitió el esquema de la primera parte: el Huesca con la posesión del balón y el Sporting muy fuerte y seguro atrás, mientras que los jugadores ofensivos estaban esperando una jugada de contragolpe. En esta segunda mitad, el fuerte viento que soplaba en la ciudad altoaragonesa, iba a favor del Sporting de Gijón, haciendo que todas sus jugadas de ataque fueran más rapidas. Por el contrario para el Huesca, el viento hacía retroceder el balón y se tenían que emplear muchas más fuerzas para enviarlo correctamente.
En el minuto 59 de partido, Jorge D'Alessandro retiró del campo a Nacho Novo (que ese día era su cumpleaños) y dió entrada a Antonio Núñez, pasando a jugar con un sólo delantero (Tariq), con dos bandas ofensivas (Miguel Garcia por la izquierda y Núñez por la derecha) y Pacheco de enganche.
Se fueron sucediendo las jugadas de ambos equipos. Sandoval cambió en el minuto 64 a Carmona y puso a Sangoy, intentando materializar alguna de tantas ocasiones que estaban teniendo. En el minuto 76, el entrenador del Sporting decidió que Touré sustituyera al autor del gol gijonés, Juan Muñiz.
El técnico argentino del Huesca también movió ficha y en el minuto 78 cambió al banda izquierdo, canterano del Granada, Miguel García, y puso al delantero centro, canterano del Atlético de Madrid, Borja Bastón. Con este cambio, Pacheco que estaba jugando de enganche o de mediapunta, pasaba a jugar de banda izquierda, y ahora el Huesca jugaba con dos delanteros centro y ningún mediapunta ofensivo, centrando el juego de ataque en las bandas, buscando un centro al área que fuera rematado o por el emiratense Tariq o por el madrileño Borja.
No lo veían claro los dos entrenadores y creyeron conveniente agotar las sustituciones. En el minuto 83, Sandoval quitó a Guerrero y metió a Mendy para intentar tener algo de organización en el centro del campo y que las jugadas ofensivas del Sporting no sólo fueran de contragolpes rápidos, quería mantener un poco la posesión del balón para que el partido fuera muriendo poco a poco sin muchos riesgos para el equipo de Gijón.
Jorge D'Alessandro hizo un cambio arriesgado en el minuto 81: retiró del campo al defensa central, Luis Helguera, y puso a jugar al mediapunta ofensivo, Jorge Larena.
El Huesca entonces pasó a jugar con 3 defensas (aunque los 2 centrocampistas defensivos complementaban la zaga).
El Huesca puso a 5 hombres en el ataque: Núñez de banda derecha, Pacheco en la izquierda, Larena de mediapunta y Borja con Tariq de delanteros.
El equipo altoaragonés buscó el gol ocasión tras ocasión. La afición animaba a su equipo. Y en el minuto 84 de partido, Larena mete un pase al hueco para Tariq, que se queda solo delante del portero y lo bate por bajo, poniendo el 2-1 en el marcador.
El electrónico ya no se movería. Los minutos finales fueron angustiosos, tanto para los suplentes del equipo local, como para los aficionados del mismo. Todo el estadio pidió la hora para que no se produjera una ocasión peligrosa del Sporting de Gijón. El Sporting acabaría con 10 jugadores debido a la expulsión de Mendy, que llevaba 7 minutos en el campo. El partido acabó y los jugadores se quedaron a despedirse de la afición desde el centro del campo, agradeciéndoles el apoyo, y esta misma, les agradeció el esfuerzo con un sonoro aplauso y con el grito "Huesca, Huesca".
Con estos resultados, y después de que se hayan jugado los partidos de los rivales de ambos equipos, la clasificación queda así:
8 | Barcelona B | 57 |
9 | Sporting | 55 |
10 | RM Castilla | 55 |
11 | Córdoba | 54 |
12 | Recreativo | 52 |
13 | Numancia | 52 |
14 | Lugo | 52 |
15 | Sabadell | 51 |
16 | Hércules | 50 |
17 | Guadalajara | 50 |
18 | Mirandés | 46 |
19 | Racing | 42 |
20 | Huesca | 41 |
21 | Murcia | 41 |
22 | Xerez* | 27 |
El Huesca era el equipo que necesitaba ganar este partido. Se coloca con 41 puntos, los mismos que el Murcia (que esta jornada ha perdido su partido contra la Ponferradina y le sacaba 3 puntos la jornada pasada) y con uno menos que el Racing de Santander (el equipo cántabro también tenía la jornada pasada 3 puntos más, pero en esta jornada sólo ha conseguido empatar contra el Guadalajara).
El Huesca ahora mismo está a 6 puntos de salvarse, quedando 6 puntos por disputarse. El equipo altoaragonés no depende de sí mismo, ya que necesita ganar y que sus rivales no consigan sumar los mismos puntos.
Quedan dos partidos, dos finales para el equipo oscense. La primera es la semana que viene, ya que reciben al Xerez, colista de la Liga Adelante y descendido matemáticamente. El cuadro azulgrana tiene que ganar ese partido para mantener viva la llama de la esperanza de la permanencia. Dentro de dos semanas, juegan la última jornada de la Liga Adelante contra el Recreativo de Huelva en Andalucía.
Si el Huesca llega vivo después del partido contra el Xerez, la jornada 42 en Huelva será la decisiva para el equipo azulgrana, que tendrá que ganar su partido (el Recreativo está salvado matemáticamente) y esperar que sus rivales (Racing, Murcia y Mirandés) no ganen o que por lo menos, no consigan los mismos puntos que el Huesca.
Si el Huesca llega vivo después del partido contra el Xerez, la jornada 42 en Huelva será la decisiva para el equipo azulgrana, que tendrá que ganar su partido (el Recreativo está salvado matemáticamente) y esperar que sus rivales (Racing, Murcia y Mirandés) no ganen o que por lo menos, no consigan los mismos puntos que el Huesca.
Se puede dar el caso de que, por ejemplo, el Murcia no gane su partido de la jornada 41, que juega contra el Hércules. El equipo murciano ya no tendría opciones matemáticas para conseguir la permanencia, por lo que la lucha del Huesca sería contra Racing y Mirandés y la salvación del equipo oscense tendría que depender de 2 resultados y no de 3.
Aun ganando los dos partidos que quedan, el Huesca podría no salir de los puestos de descenso.
Todo son especulaciones. 4 ciudades, 4 equipos por una única plaza en la Liga Adelante para el año que viene. Mucha suerte a los 4.
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